Pisa y la Toscana

Incluimos esta parada en nuestro itinerario por Europa porque mi hermana vivió seis meses en Pisa y, obviamente, quería visitar a la familia que le hospedó durante ese tiempo. Probablemente no hubiéramos incluido esta ciudad de no ser así, pero después de nuestra visita salí un poco enamorada de esta ciudadcita y es una parada que vale la pena hacer.

Pisa tiene un aire muy acogedor, es fácil recorrerla a pie y está bien ubicada y conectada con otras ciudades de la Toscana, como Livorno, Lucca, Siena y Florencia. Nos quedamos dos noches, y en nuestra estadía incluimos una visita de un día a Florencia.

Día 1

Corso Italia | Coltano

Llegamos a la ciudad a las 4pm, así que teníamos toda una tarde que aprovechar. Nuestra primera parada fue en el Hotel Bologna para dejar nuestras cosas y hacer check in. Como habíamos estado viajando al mediodía, aun no habíamos almorzado y buscamos algún lugar para comer. Aparentemente, a esa hora no hay nada abierto, ningún bar ni restaurante (y los que están abiertos no preparan comida a esa hora) así que terminamos comiendo snacks.

El hotel estaba bastante bien ubicado, en la calle paralela a Corso Italia, donde están todas las tiendas más importantes, pizzerías, restaurantes y supermercados. Además, está a unos 7 minutos a pie de la Piazza Vittorio Emanuele II, y a 10 de la estación de tren Pisa Centrale.

Esa tarde nos dedicamos a recorrer el Corso Italia y luego nos fuimos en auto hasta Coltano, donde nos recibió la familia anfitriona de mi hermana.

No puedo dejar pasar la cena que nos prepararon. Para comenzar, me encanta la comida casera. Y en Italia, hasta una noche “cualquiera” en familia, la cena se prepara con cuatro platos (cosa que yo no sabía). La mamá anfitriona es una excelente cocinera y nos invitó unos panes riquísimos como antipasto, acompañados de prosecco y vino, antes de ofrecernos dos opciones de pasta: penne rigate con pesto o con tuco. Lo simpático fue que, cuando nos ofrecieron queso rallado, nos dieron un pedazo de queso parmesano con un rallador! Fue un poco desafiante para mis habilidades motrices pero lo logré –aunque le puse menos cantidad de la que habría puesto si no tenía que rallar el queso yo misma.

Yo pensé que esa ya era la cena, así que me devoré ambas opciones. Para mi sorpresa, después nos sirvieron el secondo piatto, y no voy a tratar de sonar entendida en el tema porque no sé cómo se llamaba lo que comí, pero era una especie de pollo enrollado acompañado de las arvejas más deliciosas que probé. Se me hace agua la boca al acordarme. Yo ya no tenía hambre pero obviamente no voy a rechazar un plato tan prometedor. Estaba tan rico que puse todo mi esfuerzo en comer una segunda porción (más pequeña) y cuando estaba por cantar victoria, llegó el postre.

Lo único que voy a decir es que, si te ofrecen una torta con nutella en Italia, hacés lugar en tu estómago.

 

Día 2

Nos tomamos el día entero para visitar Florencia, y para que este post no se haga tan largo voy a escribir acerca de esa visita en otro.

Día 3

Piazza dei Miracoli

Nuestro primer, único y último día completo en Pisa comenzó en una pequeña confitería que se llama Bar Il Cristallo. Ahí desayunamos y merendamos durante nuestra estadía en Pisa (queda a la vuelta del Hotel) y no encontré nada que no me gustara, desde el capuccino hasta la chocolatada de Nutella. Estoy segura de que en los meses más cálidos es un lugar todavía más agradable porque se puede aprovechar su patio que da hacia una mini placita.

De ahí era una caminata de poco menos de 20 minutos hasta la Piazza dei Miracoli, donde está la principal atracción de la ciudad.

Es posible entrar a la catedral y al baptisterio sin costo, pero el día que nosotros fuimos, ambos estuvieron cerrados. Subir a la torre cuesta 18€ pero tampoco fuimos hasta arriba. Nos agarró una lluvia impresionante, así que nos limitamos a verle desde afuera y sacar unas cuantas fotos.

Tenía pensado ver también el Ponte Mezzo y caminar hasta la Parrochia di San Antonio Abate, donde hay un mural de Keith Haring (Murale Tuttomondo), pero esa tarde era la colación de la hermana anfitriona de mi hermana, y como la lluvia nos empapó 100%, tuvimos que volver al hotel a cambiarnos y arreglarnos un poco para el evento.

El resto de la tarde y noche fue mucho más familiar, nos fuimos al festejo, un brindis en un pequeño bar en el centro, y a la noche volvimos a ir a visitar a la familia para una cena de despedida antes de ir a nuestro siguiente destino –Roma!