Nuestro primer día de estadía en París decidimos dedicarlo a visitar el Palacio de Versalles. Esa mañana nos despertamos antes del amanecer -como era invierno, eso significa las 6:00 am- y luego de desayunar, tomamos el tren de cercanías (o más bien un par de trenes) hasta Versalles.
Llegamos un poco después de las 9:00 am y fuimos directo al Palacio.
Los tickets costaban 15€, mi hermano era menor de edad (tenía 16 años) así que no pagó entrada; mi hermana y yo no pudimos conseguir el descuento estudiantil a pesar de ser ambas estudiantes universitarias y tener la tarjeta ISIC (International Student Identification Card). La entrada a los jardines es gratuita, y para el Palacio te dan un audioguía sin costo adicional.
Me impresionó, incluso antes de entrar, el brillo del oro que está sobre los techos y el portón de entrada. Por otro lado, creí que los muros exteriores serían coloridos, o al menos de algún color pastel; rosa, celeste. Por dentro, era exactamente como me imaginé que sería o incluso más impresionante.
El Palacio tiene más de 700 habitaciones, 2000 ventanas, 352 chimeneas, 483 espejos. Aún así, se dice que los cortesanos y la servidumbre de la época vivían en habitaciones que eran poco más que celdas, tanto en tamaño como en salubridad.
Una gran cantidad de las habitaciones llevaban el nombre de algún dios o héroe clásico: Neptuno, Hércules, etc. En esta última, el techo está decorado con una pintura donde se pueden contar más de 142 personajes y que tardó 3 años en terminarse.. y esto es solamente la pintura del techo.
Las primeras dos fotos verticales, del altar y las ventanas con lunetos, son del salón de Neptuno. La siguiente es una parte de la pintura del techo del salón de Hércules.
La habitación de Luis VXI era pública, había un balaustre a aproximadamente un metro de la cama que matenía la distancia entre ella y el pasillo, señalando el límite de lo público y lo privado dentro del dormitorio.
Llegamos un poco después de las 9:00 am y fuimos directo al Palacio.
Los tickets costaban 15€, mi hermano era menor de edad (tenía 16 años) así que no pagó entrada; mi hermana y yo no pudimos conseguir el descuento estudiantil a pesar de ser ambas estudiantes universitarias y tener la tarjeta ISIC (International Student Identification Card). La entrada a los jardines es gratuita, y para el Palacio te dan un audioguía sin costo adicional.
Me impresionó, incluso antes de entrar, el brillo del oro que está sobre los techos y el portón de entrada. Por otro lado, creí que los muros exteriores serían coloridos, o al menos de algún color pastel; rosa, celeste. Por dentro, era exactamente como me imaginé que sería o incluso más impresionante.
El Palacio tiene más de 700 habitaciones, 2000 ventanas, 352 chimeneas, 483 espejos. Aún así, se dice que los cortesanos y la servidumbre de la época vivían en habitaciones que eran poco más que celdas, tanto en tamaño como en salubridad.
Una gran cantidad de las habitaciones llevaban el nombre de algún dios o héroe clásico: Neptuno, Hércules, etc. En esta última, el techo está decorado con una pintura donde se pueden contar más de 142 personajes y que tardó 3 años en terminarse.. y esto es solamente la pintura del techo.
Las primeras dos fotos verticales, del altar y las ventanas con lunetos, son del salón de Neptuno. La siguiente es una parte de la pintura del techo del salón de Hércules.
La habitación de Luis VXI era pública, había un balaustre a aproximadamente un metro de la cama que matenía la distancia entre ella y el pasillo, señalando el límite de lo público y lo privado dentro del dormitorio.
Probablemente la habitación más famosa del Palacio sea el Salón de los Espejos, donde se firmó el tratado de Versalles que dio fin a la Primera Guerra Mundial. Los espejos que cubren casi todos lus muros interiores de la sala en realidad tenían una función: En la época en la que se hizo el Palacio, las lámparas funcionaban con combustibles (aceites), produciendo humo que podía dañar los ornamentos del techo y los muros. Para duplicar la iluminación, que era muy tenue, sin aumentar la cantidad de combustible (y por ende, de humo) se empapeló la habitación con espejos, y voilá.
Se dice que los jardines que rodean al Palacio tienen en primavera aproximadamente 210.000 flores, pero nosotros visitamos Versalles en febrero así que había plantas que ni siquiera tenían hojas. Ir en esta época tiene sus ventajas, como que la cantidad de turistas es menor y se puede recorrer mejor el interior del castillo (aunque igual había mucha gente), pero lógicamente la desventaja es que los jardines no son tan impresionantes como probablemente lo sean en primavera.
Los jardines del Palacio se dividen en dos sectores: los jardines, que ni siquiera pudimos terminar de recorrer, y el parque, al que ya no fuimos porque creímos que en invierno no valdría la pena estar demasiado tiempo ahí. Tampoco visitamos el Petit Trianon, el pequeño palacio de María Antonieta, y otras dependencias que quedan dentro del parque. Obviamente, siempre se puede visitar dos veces ;)
Salimos del Palacio cerca del mediodía y decidimos ir a París de nuevo para almorzar y encontrarnos con una amiga de mi mamá. Si no fuera por eso, creo que almorzar en Versalles habría sido una mejor opción ya que los precios son más altos en París.
Y eso fue todo. Realmente hay demasiadas cosas para hacer, el recorrido dentro del Palacio está más o menos detallado en la audioguía y es una especie de circuito, y para recorrer los jardines nosotros preferimos hacerlo a pie por nuestra cuenta, pero también hay tours guiados y paseos en carritos que se pueden agendar ahí mismo. La próxima capaz le dedique más tiempo a los exteriores que al Palacio en sí, pero creo que todo depende de la época en la que se visita y lógicamente, del tiempo que se dispone.
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