Panorama Route

Al tercer día de nuestra estadía en Sudáfrica, emprendimos viaje rumbo al Greater Kruger Area. Habíamos alquilado un auto del aeropuerto el día que llegamos, así que hicimos en viaje de casi 7 horas conduciendo.

En realidad, el viaje de Johannesburg hasta Hoedspruit dura un poco más de 5 horas (sin incluir la parada de almuerzo), pero a la ida nos agarró una lluvia que prácticamente no nos abandonó en los 450 km de trayecto, por lo que íbamos bastante más despacio. La idea era ir parando a lo largo de la famosa Ruta Panorama, pero no hicimos paradas porque era imposible ver nada.

Graskop

Sí paramos en Graskop para almozar, y bien podría haber sido Silent Hill. La visibilidad era mínima, había muchísima niebla y en la ruta no se veía nada más allá de un par de metros del auto. 

Almorzamos en un lugar que se llama Silver Spoon Diner que no fue mi favorito (aunque eso probablemente haya sido porque llenaron mi comida de champiñones...). 

Cruzando la calle había un local llamado Africa Silk, en donde entramos a investigar pensando que era una tienda cualquiera, y salimos aprendiendo cosas que no sabíamos.

A unos 30 km de Graskop hay una granja de gusanos de seda, se los cría y obviamente después se extrae la seda y se fabrican cosas desde pañuelos hasta sábanas. Había un par de gusanos en la tienda y pudimos verles, y también nos mostraron el proceso completo de la extracción del capullo y fabricación de los telares.

Básicamente meten los capullos al agua y les dejan ahí unos minutos hasta que comienzan a despegarse, y en el agua deshacen los capullitos y comienzan a separar las finísimas capas de seda. Después extienden las fibras sobre una especie de telar, y enciman decenas de capas unas sobre otras hasta que tiene la consistencia de un pedazo de tela. Dejan secar, en algunos casos tiñen y voilà: seda. La granja de gusanos también se puede visitar y se organizan excursiones en ese mismo lugar.

A partir de ahí paramos solamente en dos lugares antes de llegar a Hoedspruit; lugares que no tenían ni nombre y que sabíamos que probablemente no se comparaban en belleza con los miradores de los que nos estábamos perdiendo por la niebla. Aún así, nos dejaron encantados. La lluvia tiene su manera de hacer que los colores resalten mucho más.

La vuelta a Johannesburg fue el polo opuesto: Prácticamente no había una sola nube en el cielo, que estaba completamente azul. Había sol y hasta hacía calor.

Three Rondavels

Entrada: 30 rands
Duración de la parada: 40 min.

A unos 40 min. de Hoedspruit queda mi parada favorita. Llegamos temprano, antes de las 10 de la mañana, y tuvimos la suerte de que aún no había muchos buses de tours en el lugar. Desde el estacionamiento (que es más bien una especie de rotona relativamente amplia) hay dos caminos que llevan a distintas partes del mirador. No sé si hace falta decir, pero hay que hacer ambos recorridos. Son vistas muy diferentes y las dos son hermosas. 

Fuimos primero al de la derecha, y caminamos tal vez unos 200m. hasta llegar al borde del mirador. Es donde mejor se ve a los Three Rondavels, que vendrían a ser tres picos de roca con la forma de las icónicas chozas africanas, los rondavels. Había solo un par de personas con nosotros ahí, así que pudimos sacarnos muchas fotos sin molestarle a nadie y sin que nadie nos moleste.

Después volvimos sobre nuestros pasos y fuimos al camino de la izquierda, a una distancia más o menos similar respecto al estacionamiento. Esta es la mejor vista para ver el Blyde River Canyon, el tercer cañón más grande del mundo y el más verde. El color del agua era de un turquesa que pocas veces vi (gracias, cielo despejado!) y el mirador es bastante más amplio, así que si hay mucha gente, digamos que molestarían menos que en el otro mirador.

En nuestro caso, la gente comenzó a llegar cuando nosotros ya volvíamos, así que ese tampoco fue un problema.

Estas fueron por lejos mis vistas favoritas, no podría elegir una de las dos pero sí podría decir que si hacen la ruta panorama, tienen que hacer una parada en Three Rondavels.

Berlin Falls

Entrada: 15 rand
Duración de la parada: 20 min.

Parece poco tiempo, pero realmente la cascada prácticamente se ve desde el estacionamiento así que se camina muy poco para llegar (aunque es una especie de escalera de piedra). Hay un solo mirador que no es pequeño pero que probablemente se llena fácilmente si hay gente.

Había mucho viento cuando paramos ahí, y también hacía mucho calor. Estábamos solos, which was nice, excepto por dos o tres vendedoras que tenían su tiendita de artesanías en el estacionamiento. Cuando volvíamos al auto, una pareja estaba bajándose del suyo. Ahora les tocaba a ellos dos aprovechar la vista.

Wonder View

Entrada: gratuita
Duración de la parada: 5-10 min.

Unpopular opinion: Wonder View es mejor que God's Window.

Realmente no fuimos a God's Window así que si les soy sincera, no puedo opinar con propiedad. Lo que sí puedo decir es que en Wonder View no se paga y no había absolutamente nadie. Sin embargo, God's Window cuesta unos 10 rands (si no me equivoco) lo cual no es mucho, pero cuando pasamos en frente vimos dos o tres buses turísticos estacionados, o sea que había probablemente una pequeña multitud en el mirador. Además, las entradas de Wonder View y de God's Window están una al lado de otra sobre la misma ruta, mirando en la misma dirección, lo cual solamente me permite suponer que es la misma vista.

El estacionamiento de Wonder View está a apenas unos 5 metros del mirador, pero el follaje impide que veas nada desde ahí. Una vez al final del mini caminito, se abre una vista súper amplia del campo. En un día despejado como el que nos tocó, se puede ver hasta Mozambique, que queda a unos 150 km hacia el horizonte.

Pilgrim's Rest

En el camino de vuelta volvimos a pasar por Graskop, pero esta vez decidimos almorzar en Pilgrim's Rest. Es un pueblo histórico, que se fundó prácticamente para hospedar a los mineros que vinieron de Europa para extraer oro y metales preciosos de los alrededores.

Es un lugar súper pintoresco, con casas históricas y lleno de flores. Hicimos nuestra parada en Pilgrim's Pantry, una casa reconstruida el siglo pasado para replicar la que estaba en ese mismo lugar que se caía a pedazos (construida originalmente en la época del gold rush, los 1800's).

Estaba rodeada de un jardín florecido, y la comida era deliciosa -desde las hamburguesas caseras hasta el plato de comida india. En el menú cuenta la historia del lugar de una forma muy breve, y a la encargada le encanta hablar también de la historia tanto de Pilgrim's Pantry como de Pilgrim's Rest.

Mi mamá pidió el trade mark del lugar: un capuccino con gold dust.

Llegamos de nuevo a Johannesburg un poco antes del anochecer y fuimos directamente al shopping que quedaba cerca de nuestro airbnb, el Sandton City. Cenamos ahí y nos dirigimos al hotel en donde nos hospedaríamos nuestra última noche en Sudáfrica.