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Ahora que expliquƩ mƔs o menos el contexto del Encuentro Latinoamericano de Estudiantes de Arquitectura en mi post anterior, voy a hablar de lo que fue mi primer ELEA.

Pero antes, dƩjenme decirles una cosa: Cada uno hace su ELEA.

Todo comenzĆ³ un sĆ”bado 4 de octubre. DĆ­a de locos.

Todos en el predio estaban trabajando descontroladamente para terminar de instalar lo que debĆ­a ser instalado, ubicar lo que debĆ­a ser ubicado, preparar lo que debĆ­a ser preparado.

Afuera, aproximadamente 1300 estudiantes latinoamericanos de arquitectura esperaban bajo el intenso sol del mediodĆ­a a que se abran los portones para entrar.


Fue muy emocionante estar del otro lado de las rejas y tener una especie de autoridad, o autorizaciĆ³n, para ingresar y salir todas las veces que quisiera antes de las 14 hs (momento en el que los portones se abrieron oficialmente a los participantes). Una de las cosas que mĆ”s me gustĆ³ de ese momento fue repartir los crachas (credenciales, en portuguĆ©s) para que los participantes pudieran ingresar de a poco al predio. Tengo estos delirios de persona importante de repente, me gustaba ser quien les diera permiso de entrar.

Pocas horas despuƩs de que entraron casi todos los participantes, partimos en buses rumbo a la costanera para la caminata inicial.

Los colores del atardecer con los que nos recibiĆ³ la costanera eran demasiado hermosos como para no incluirlos en este post. Solo para aclarar, esta foto no tiene ningĆŗn tipo de efecto de contraste ni nada, el cielo era asĆ­ de impresionante. 

Esta caminata inicial es una introducciĆ³n a la temĆ”tica del encuentro y a lo que va a ser el ELEA. ComenzĆ³, como digo, en la Costanera de EncarnaciĆ³n. DurĆ³ mĆ”s o menos tres horas, caminamos por el centro, escuchamos un discurso de bienvenida del decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad CatĆ³lica  de ItapĆŗa, pasamos por la Plaza de Armas donde vimos unos bailes folklĆ³ricos de unos alumnos de EconomĆ­a de la UCI, y terminamos de nuevo en la costanera con un concierto de la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura, que estuvo excelentĆ­simo.


El cronograma de la semana era el siguiente;


Y como se puede ver, esa noche fue la primera fiesta: la de bienvenida.

Al dĆ­a siguiente fue el dĆ­a de Paraguay (porque es el paĆ­s anfitriĆ³n) y fue mi primer dĆ­a de taller. La semana terminĆ³ con el dĆ­a de Argentina porque el siguiente encuentro se realizarĆ” en CĆ³rdoba en dos aƱos.

Hablemos de mi dƭa a dƭa. A mƭ me asignaron el taller de Hitos Turƭsticos: Reducciones Jesuƭticas. Era el taller al que mƔs personas querƭan ir porque, evidentemente, vienen a turistear. El primer dƭa partimos con mƔs o menos 67 personas si no me equivoco.

No voy a entrar en detalles acerca de la preparaciĆ³n que conllevaba monitorear este taller pero sĆ­ que mi trabajo era llamar lista cada vez que subĆ­amos al bus, asegurarme de que todos estĆ©n arriba antes de ir, y cobrar la plata de las entradas -un parto.

El taller consistĆ­a en una visita a las reducciones de JesĆŗs, Trinidad y la cantera Ita CajĆ³n en donde unos artesanos enseƱaban a trabajar la piedra arensica como los jesuitas en su tiempo. En pocas palabras, me encantĆ³ el taller.

El recorrido comenzaba, por problemas de logĆ­stica referentes a las entradas, en las ruinas de Trinidad.
Yo ya me habĆ­a ido a ambas reducciones en ocasiones anteriores y ya hace unos aƱos que estoy estudiando a los jesuitas y sus sistemas urbanos pero igual aprendĆ­ cosas nuevas durante estas visitas, como por ejemplo que todas las esculturas del templo de Trinidad fueron decapitadas porque, cuando los espaƱoles vinieron a saquear las reducciones, creyeron que estas eran huecas y que adentro se ocultaban oro y otras riquezas. ResultĆ³ ser que las esculturas eran macizas y lĆ³gicamente no encontraron nada adentro de ellas.

En Trinidad, la tallerista (Arq. Viviana Olivera) guiaba al grupo. Pero en JesĆŗs, los guĆ­as del lugar daban las charlas. Este segundo recorrido era bastante mĆ”s corto porque el predio es de menor tamaƱo ya que JesĆŗs nunca se terminĆ³ de construir siquiera y solo se cuenta con el templo a medio edificar.

El grupo del primer dƭa fue con el cual yo mƔs me relacionƩ: eran menos que en los otros dƭas, muy buena onda, gran mayorƭa de uruguayos, y yo estaba sola asƭ que mejor si hacƭa amigos para el dƭa por lo menos.


Todos los dĆ­as veĆ­a el atardecer en las ruinas de JesĆŗs, excepto el Ćŗltimo dĆ­a que pasĆ© en la Cantera Ita CajĆ³n. Un atardecer mĆ”s lindo que el otro.
Ahora, volvamos a la ciudad ELEA.

Como ya mencionĆ©, Ć©ramos mĆ”s o menos 1300 estudiantes los que participaban del evento. Todos acampĆ”bamos en el predio. Todos comĆ­amos, por turnos, en el mismo comedor. 


Y un dĆ­a, nos tocĆ³ a todos dormir en el polideportivo despuĆ©s de que una tormentaza nos azote.


La catĆ”strofe no pasĆ³ a mayores. Se evacuaron varias carpas que se inundaron o directamente desarmaron por los fuertes vientos. No me sorprenderĆ­a si alguien me dijese que cayĆ³ granizo esa noche porque no les explico quĆ© clase de tormenta nos vino encima. Muchos pudieron llevar sus pertenencias hasta el poli, como se ve en la foto: colchones, bolsones, incluso carpas. Yo no tuve tanta suerte y lleguĆ© con apenas una frazada y una almohada, toda empapada. Ya era de dĆ­a cuando llegamos, acababa de amanecer, pero igual dormĆ­ unas horas y luego me levantĆ©, busquĆ© ropa "seca" de la carpa (porque, como se inundĆ³, muchas de nuestras cosas que estaban adentro tambiĆ©n se mojaron) y me baƱƩ con agua frĆ­a. Es lo que hay.

Ese dĆ­a se suspendieron todas las actividades, todos los talleres, todo. Dio la casualidad de que mi papĆ” estaba por EncarnaciĆ³n y me buscĆ³ del predio, me baƱƩ en su hotel con agua caliente y llevĆ© mi ropa a la lavanderĆ­a. Esa noche volvĆ­ a dormir en el poli pero esta vez con mi colchĆ³n, y al dĆ­a siguiente hice check-in en el hotel en donde se hospedaban varias compaƱeras, a una cuadra del predio. No podĆ­a volver a mi carpa inundada e inestable, pero tampoco la desarmamos porque allĆ­ guardĆ”bamos nuestra conservadora con bebidas y uno que otro bolsĆ³n.

Me enfermƩ tambiƩn en el ELEA. Mezcla del frƭo, el estrƩs y el cansancio. Me dio gripe y un dolor de cabeza que espero que nunca se repita, por lo que no me quedƩ mucho tiempo en la fiesta de la Extra Co.L.E.A.

La Co.L.E.A. es la Coordinadora Latinoamericana de Estudiantes de Arquitectura, de la que forman parte Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile. Todos los demĆ”s paĆ­ses como Brasil, PerĆŗ, Venezuela, etc. son parte de la Extra Co.L.E.A. 

En la noche del C.I.C.A.U. (Concurso de IniciaciĆ³n CientĆ­fica en Arquitectura y Urbanismo) vino como invitado el DJ Bolivia Tropical. Me hubiese gustado ir a esa fiesta pero estaba igual de agotada asĆ­ que tampoco fui. A todas las demĆ”s fiestas sĆ­ fui.

Ceci, mi prima, tambiƩn se fue al ELEA y tratƩ de sacarme una foto con ella todas las noches. Tuve la idea reciƩn durante la noche paraguaya asƭ que no hay foto de la fiesta de bienvenida. Tampoco le encontrƩ en la noche chilena. Oops.


La primera foto de la izquierda es durante la noche paraguaya. Ambas tenemos la remera de la delegaciĆ³n y en mi mano derecha se puede ver un dibujito de un bĆŗfalo. Esto es para un juego que consiste bĆ”sicamente en hacer fondo blanco de la bebida que agarres con la mano en la que tenĆ©s el dibujo. Se dibuja en la derecha porque es la mano con la que generalmente sostenĆ©s tus bebidas y la idea siempre es empedarte. Cuando alguien te vea agarrando un vaso o lo que fuera con esa mano, grita "Bufalo!" y tenĆ©s que fondear lo que sea que tengas ahĆ­.

La segunda foto es de la noche uruguaya (nĆ³tese la banderita pintada en mi mejilla).

La tercera foto es de la noche de la Extra Co.L.E.A.

La cuarta foto es de la noche argentina.

Noche paraguaya con un grupo de uruguayos.
Noche uruguaya con un montĆ³n de paraguayos.
 No me puedo decidir por una de estas dos noches, no sĆ© si me gustĆ³ mĆ”s la paraguaya o la uruguaya. Por suerte nunca voy a tener que elegir entre una de ellas, porque en serio es una tarea bastante difĆ­cil.


La Ćŗltima tarde, el viernes, no hubo talleres asĆ­ que me quedĆ© por el predio. Por fin una tarde libre :)

DescansƩ, me paseƩ y colguƩ mi nombre escrito en una cinta por el pergolado frente a la Carpa Fiesta, como todos los demƔs participantes. No sƩ exactamente por quƩ, pero quedaba lindo.

Cada uno hace su ELEA. El mĆ­o fue bastante tranquilo pero a la vez cargadĆ­simo de actividades. Es como querĆ­a que fuera y me sentĆ­ feliz conmigo misma por cumplir con mi palabra, por decir de alguna manera, pero definitivamente me quedĆ© con ganas, con sed, de mĆ”s. Me faltĆ³ demasiado y no creo que con el ELEA CĆ³rdoba 2016 me sea suficiente. 

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