En otras palabras, falta un mes para que Selenia nos deje y vuelva a Sicilia, y es una sensación muy bizarra. Justo antes de ayer hablé con ella sobre esto. Como siempre, dice que no quiere saber nada de volver a Italia, que Paraguay es lo mejor que le pasó en la vida y que si es por ella se queda para siempre más o menos. Seguro.
La conversación en realidad surgió de pura curiosidad con preguntas que yo le lanzaba. Comenzó con un...
Qué se siente ser la segunda intercambista que hospeda la familia? Ella siente como que a la familia (la mía en este caso) ya está acostumbrada a estas cosas, que ella no es novedad. A veces se siente comparada con alguien que vino antes, como una hermana menor es comparada a su hermana mayor, exceptuando el hecho de que no se conocen.
Y la verdad que ha de ser raro: vos ni le conocés a esta persona con quien te comparan tan a menudo, pero comentan acerca de ella con tanta normalidad que es como que ya la conocés, y en realidad estás tan lejos de conocerla como estás del país en el que vive (Islandia). Seguro suma a esta sensación extraña cuando te ponés a pensar en que una de tus hermanas (Maca) tampoco le conoce a esta persona de la que hablan. Oh, well.
Le gustaría que hospedemos a alguien después de que ella vuelva a Italia? Le gustaría poder decir que sí, pero esa no es la verdad. Dice que, ya que no va a ser recordada por ser la primera o la única, por lo menos quiere ser la última. Pero, por otro lado, como según ella le "salvamos la vida" al hospedarla luego de los problemas que tuvo con su primera familia, le gustaría que le salvemos la vida a otra persona de nuevo. También dijo que somos como esas personas que recogen a la gente con menos suerte, y yo me imaginé a la viejita de Mansión Foster para Amigos Imaginarios, recogiendo a todos los amigos imaginarios rechazados por sus dueños jajajajaja. Yep, esa soy yo.
Así nos fuimos por las ramas un buen rato, y me dejó pensando. Qué raro va a ser tener una vida "normal y tranquila" de nuevo. Hace más de un año que no me pasa: primero con Hekla, luego con la vuelta de Maca y, cuando a penas nos habíamos acostumbrado, con la venida de Sele.
Hospedar como que te sacude un chiqui de la rutina. Es otra hermana a la que tenés que acostumbrarte, compartís tus cosas, tu tiempo, tus amigos, tus salidas, tus permisos (porque te limita también, una vez que ella arma sus salidas, es una hermana más y condiciona tus horarios: la hora a la que te buscan si es que saliste, o a la que tenés que buscarle a ella si es que vos tenés el auto) y muchas otras cosas. No se siente tanto esa distinción de "hermana de sangre" y "hermana de intercambio". Por falta de experiencia, no puedo compararla a una hermana adoptiva, pero me gusta pensar que son iguales.
Obvio que es presupuesto también, como es cualquier hermano nuevo, y por eso no me animo a hacer presión en mi familia como para hospedar a algún intercambista de los que llegan al país ahora en agosto, considerando el viaje de egresados de mi hermana, su día de las rosas, colación, etc. Pero sí que voy a esperar con ansias que nos llamen por tercera vez desde la oficina de AFS a decirnos "Hay una chica de Thailandia que tuvo problemas con su primera familia anfitriona y estamos buscándole una familia nueva. Será que pueden hospedarla hasta que le encontremos una definitiva?" y convertirnos en esa familia definitiva por tecera vez.
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