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Estambul: La ciudad de los tres nombres

Volamos desde Atenas una maƱana y aterrizamos despuƩs de un viaje corto pero turbulento en la que fue capital del Imperio Romano, del Bizantino y del Otomano: Estambul.


DĆ­a 1
Sultanahmet | Arasta Bazaar
En el aeropuerto, tomamos un taxi que nos llevĆ³ hasta el hotel. El conductor era un turco que se llamaba AlĆ­ y hablaba super fuerte. Recorrimos un buen trayecto de calles sĆŗper lindas, paseos llenos de narcisos amarillos y pensamientos azules que dibujaban figuras al costado del camino. A medida que nos acercĆ”bamos al centro de la ciudad (en donde estaba nuestro hotel) las calles se volvĆ­an cada vez mĆ”s angostas, hasta el punto en el que yo dudaba de si el taxi - minivan iba a poder pasar.

Nos hospedamos en la suite familiar de Sultan House, tenĆ­a un dormitorio privado con cama doble, dos camas singles en el Ć”rea comĆŗn, un baƱo y una kitchenette. Era impecable y muy amplia, y quedaba  frente a la recepciĆ³n, cruzando la (mini) calle.

El hotel estaba en un edificio pequeƱo pero sĆŗper lindo, y la atenciĆ³n era muy buena. AdemĆ”s estaba muy bien ubicado, a apenas una cuadra de Sultanahmet, la plaza en donde estĆ” Santa SofĆ­a y la Mezquita Azul.


El dĆ­a estaba lluvioso y realmente no tenĆ­amos un itinerario muy definido para conocer Estambul (nombre #1), asĆ­ que agarramos unos cuantos folletos de la recepciĆ³n, un paraguas, paƱuelos para cubrirnos el cabello, y nos dirigimos hacia las mezquitas.

ResultĆ³ que las mezquitas tienen otro horario en invierno y cierran mĆ”s temprano, por lo que no pudimos ingresar a ninguna ese primer dĆ­a. Por suerte, nos cruzamos con un "joven" sĆŗper amable que nos dijo el horario de atenciĆ³n y nos sugiriĆ³ algunas alternativas para esa noche, entre ellas el Arasta Bazaar, del que no habĆ­amos escuchado pero que quedaba a pocas cuadras.

Hablaba un poco de espaƱol y nos dijo que nos acompaƱarĆ­a para indicarnos dĆ³nde quedaba, y que querĆ­a mostrarnos la tienda de alfombras de su tĆ­o... pero tranquilos! dijo que no era un guĆ­a. Era todo muy sospechoso asĆ­ que le dijimos que enontrarĆ­amos el Mercado nosotros solos y le agradecimos por su ayuda.

El mercado era una calle larga y semi techada, a lo largo de la cual habĆ­a miles de tienditas de todo tipo, desde especias y condimentos hasta zapatos. HabĆ­a cosas hermosas pero decidimos no comprar muchas cosas porque tenĆ­amos pensado ir al Gran Bazar al dĆ­a siguiente. En el mercado probamos Turkish Delight que no se veĆ­a particularmente delicioso pero resultĆ³ ser mĆ”s rico de lo que pensĆ©. Compramos un par de especias y caminamos hasta un restaurante que se llamaba Mesale, en donde todo el mundo estaba fumando shisha. Comimos kebabs que armamos nosotros mismos (nos trajeron los ingredientes en un plato) y fue un poco difĆ­cil pero valiĆ³ la pena porque era delicioso.


Esa misma noche, luego de llegar al hotel, nos pusimos a leer blogs de viajes para planificar nuestro prĆ³ximo dĆ­a, y no saben lo que encontramos: Advertencias acerca de un truco que usan mucho en Estambul. El truco consiste en que se te acerca un local a hablarte, te dice que quiere aprovechar para practicar tu idioma y te ofrecen mostrarte la tienda de alfombras de su pariente de turno; dice no ser guĆ­a pero luego te pide plata por sus servicios. Nos reĆ­mos muchĆ­simo, sabĆ­amos que era alguna clase de truco (seremos turistas pero no somos tontos) pero jamĆ”s me imaginĆ© que serĆ­a tan textual!

DĆ­a 2
Mezquita Azul | Santa SofĆ­a | Crucero por el BĆ³sforo
Nos despertamos temprano y volvimos a ir caminando con nuestros paraguas rumbo a las mezquitas. AdemĆ”s de cubrir nuestros cabellos con paƱuelos, debĆ­amos sacarnos los zapatos para entrar a la Mezquita Azul, tambiĆ©n llamada Sultanahmet Camii. Lo del paƱuelo aplica solo para las mujeres pero lo de los zapatos va para todos, sin excepciĆ³n. Nos entregaron bolsas de plĆ”stico en la entrada para guardar nuestras pertenencias y luego, folletos que explicaban en varios idiomas quĆ© es el Islam.



Entramos al templo en medias y tenĆ­amos que atender para no mojarnos los pies porque estaba lloviendo y hasta la alfombra del interior estaba mojada en algunas partes. Por dentro, la mezquita era una locura. Todas las superficies estaban decoradas, no sabĆ­a hacia dĆ³nde mirar.

Al salir de ahĆ­, nos costĆ³ un poco encontrar el acceso a Santa SofĆ­a, pero finalmente pudimos ingresar. HabĆ­a partes que estaban cerradas al pĆŗblico por trabajos de restauraciĆ³n, y me dio la impresiĆ³n de que el lugar en general estaba muy descuidado, especialmente despuĆ©s de haber visto la Mezquita Azul. Probablemente tiene que ver con que esta Ćŗltima es un lugar de culto y Santa SofĆ­a ya no, es mĆ”s que nada un museo.

Esta mezquita fue originalmente la BasĆ­lica de Santa SofĆ­a (incluso todavĆ­a hay en el interior, mosaicos de Constantino adorando a Cristo), construida en los aƱos 500 d.C. cuando Estambul era conocida como Bizancio (nombre #2), la capital del Imperio Bizantino. Unos mil aƱos mĆ”s tarde se convirtiĆ³ en mezquita, y desde los 1930s es museo.

Por este motivo, tambiƩn, estƔ permitido ingresar a Santa Sofƭa sin cubrirte el cabello y con los zapatos puestos.


HabĆ­amos hablado ya de antemano con AlĆ­, nuestro chofer del aeropuerto, para que nos busque del hotel al mediodĆ­a y nos lleve al punto de partida de un paseo por el BĆ³sforo que habĆ­amos reservado ya antes de llegar. Cuando volvimos de Sultanahmet a nuestro hotel, ya le encontramos desayunando en el lobby.

Partimos del puerto Eminohu en un barquito que nos hizo recorrer la costa europea hasta llegar a un fuerte de la Ć©poca en la que los turcos tomaron Constantinopla (nombre #3).

Recorrimos el Castillo de Rumelia o Rumeli Fortress, que fue construido en apenas 4 meses en el aƱo 1452, pero no lleguĆ© hasta el punto mĆ”s alto porque admito que tuve miedo: los escalones de piedra estaban mojados por la lluvia y eran muy muy resbalosos. Mucha gente subiĆ³ igual, mi papĆ” y mi hermano entre ellos.



El guĆ­a que nos acompaĆ±Ć³ en el tour nos dijo que una de las teorĆ­as del origen del nombre de Istanbul es que en realidad es solo una degeneraciĆ³n de Constantinopolis. Por su acento y su forma de decir, ya sonaban bastante parecidos aunque parecĆ­a un poco rebuscado.

A la vuelta, navegamos hacia la costa asiĆ”tica hasta volver al puerto. AlĆ­ nos buscĆ³ y nos llevĆ³ a almorzar. Primero quiso llevarnos "al restaurant de su amigo para comer Turkish Delight" pero nos hicimos de los que no entendimos y entramos a un restaurante que nos gustĆ³ y almorzamos ahĆ­.. todos. IncluĆ­do AlĆ­, que no sĆ© por quĆ© no habĆ­a almorzado ya mientras nosotros paseĆ”bamos por el BĆ³sforo al mediodĆ­a jajaja pero bueno.

DespuĆ©s de almorzar, AlĆ­ insistĆ­a con lo de su amigo a pesar de que nosotros querĆ­amos ir directo al Gran Bazar. EstĆ”bamos yendo caminando, AlĆ­ seguĆ­a insistiendo mientras caminaba con nosotros, e inmediatamente pensĆ© "Ć©l nos va a querer cobrar por llevarnos a pesar de que Ć­bamos caminando, o peor, en el Bazar nos va a querer llevar a las tiendas de sus amigos y no vamos a poder recorrer tranquilos". 

Le dijimos que ya no necesitĆ”bamos sus servicios y le pagamos por llevarnos al puerto a la maƱana, pero no fue tan fĆ”cil deshacernos de Ć©l. No solo se enojĆ³ porque le dijimos que no querĆ­amos que "trabaje" para nosotros todo el dĆ­a, sino que quiso engaƱarnos con el cambio de la moneda (insistĆ­a en que el dĆ³lar valĆ­a mĆ”s que el euro, y al hacer la conversiĆ³n a liras turcas nos cobraba mucho mĆ”s de lo que debĆ­a ser). AdemĆ”s nos quiso cobrar lo que Ć©l gastĆ³ en estacionamiento y en su almuerzo?? Terminamos llamando a su jefe para arreglar el precio entre nosotros. Hasta ahora nos reĆ­mos de esta escena que armamos en pleno Sultanahmet, con griterĆ­o y todo jajaja.



Finalmente llegamos al Gran Bazar. Este enorme mercado tiene muchĆ­simas entradas, por lo que tuvimos la idea de sacarle fotos a la entrada por la cual ingresamos nosotros para saber por dĆ³nde salir mĆ”s tarde.

El lugar era mƔs amplio y mƔs limpio de lo que me esperaba, y todas las tiendas eran muy pintorescas. Algo que era de esperarse (y que a mƭ no me gusta, por mƔs latinoamericana que sea) es que hay que regatear precios antes de cada compra, en cada tiendita.


Derecho, derecha, abajo, izquierda, derecha.

Era un laberinto donde se repetƭa toda la mercaderƭa: zapatos, paƱuelos, lƔmparas. Todo con precios distintos, uno mƔs caro que el otro, pero siempre el mismo discurso de "Ah, pero seguramente el del otro lugar no era de seda como este" a pesar de tener hasta el mismo estampado. Mucha de la ropa que vimos en el Arasta Bazar volvimos a encontrarla acƔ, incluida una cartera a la que le hicieron la misma prueba de fuego (pasar un encendedor por la cartera para demostrar que no se manchaba y que era cuero de verdad).

Eventualmente, entre tantos giros y vueltas, nos perdimos dentro del mercado y nos costĆ³ bastante encontrar la salida. El mercado ya estaba cerrando y para cuando por fin llegamos a nuestra entrada, estaba cerrada!! Terminamos siguiĆ©ndole a la multitud que salĆ­a, la mayorĆ­a eran dueƱos de los locales que ya habĆ­an cerrado, y tuvimos que pedir un taxi para volver al hotel porque no tenĆ­amos idea de hacia dĆ³nde habĆ­amos salido. 


AsĆ­ terminĆ³ nuestra estadĆ­a en Estambul, por supuesto que quedaron cosas pendientes como visitar el Topkapi Palace, pero fue una visita tranquila y nos tomamos nuestro tiempo en los lugares, asĆ­ que no estuvo nada mal tampoco. Los demĆ”s lugares que visitamos en este Eurotrip estĆ”n acĆ”.
Costo de las atracciones

Santa SofĆ­a: 30 liras - 5 USD

Mezquita Azul: Gratis

Crucero por el BĆ³sforo: aprox. 30 USD

Rumeli Fortress: 2.5 USD
En nuestro caso, la admisiĆ³n estaba incluida dentro del tour por el BĆ³sforo.

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