Saint Kitts

La primera parada del crucero Freedom of the Seas fue el puerto de Basseterre en San Cristóbal y Nieves (o Saint Kitts and Nevis). 

Fun facts: Es el país más chico de todo el continente, y la mayoría de su población desciende de los esclavos traídos de África en la época de las conquistas.

Esa mañana nos despertamos con un aviso del capitán en los parlantes diciendo que llegamos al destino 2 horas antes de lo previsto, por una emergencia médica. Nos levantamos y fuimos a desayunar al Windjammer, que era el restaurante buffet del barco.

Yo había llevado ziplocs conmigo al viaje, así que me preparé unos sandwiches y guardé para comer una vez que estemos en la isla.

Del puerto tomamos un taxi-van de una empresa que se llamaba Le Matt. Tenían wifi y solamente nos cobraron unos 3 USD por persona hasta Friar's Beach. El recorrido fue relativamente largo, vimos de todo un poco: los barrios de la ciudad, sectores afectados por los huracanes Irma y María, y los barrios de la clase alta (mansiones de todos los colores, campos de golf...). En St. Kitts se maneja por la izquierda, como en Inglaterra, así que solamente eso ya era un pequeño entretenimiento durante el camino.

Finalmente llegamos a Friar's Beach, una de las playas más famosas de la isla, donde se ubica el Carambola Beach Club que cuenta con restaurante, duchas y wifi libre.

El sol estaba muy fuerte y el agua fría, lo cual resultó ser algo bueno más tarde. Apenas llegamos, varias personas nos ofrecieron hacer deportes de agua de todo tipo, lo cual yo planeaba hacer de todas formas. Había parasailing, snorkel, paseos en jet ski, paddle surf, kayak... para nombrar unos cuantos.

Yo decidí hacer Paddle Surf, y cuando me dieron la tabla, me subí, me paré... y decidí que haría el recorrido arrodillada. Ya me veía cayéndome en el medio del mar sola y no pudiéndome subir de nuevo jajajaja. La próxima a lo mejor me animo.

Obviamente, fue mucho más ejercicio de lo que pensé y los siguientes dos o tres días me dolía todo el cuerpo, especialmente las piernas, los brazos y los abs. De eso me di cuenta mientras me paseaba, de hecho, porque me dolían tanto los brazos que varias veces tuve que parar a descansar y finalmente me rendí y le pedí a los guardacostas (o como se llamen) que me acerquen hacia las olas para poder llegar a la orilla jajajaja de verdad era imposible!

Estuvimos en Friar's Beach todo el día y, una hora antes del desembarque, Le Matt volvió a buscarnos y nos llevó hasta el puerto de nuevo.